El plan para asesinar al presidente Batlle era el siguiente:
Se adquiriría una charrette, relativamente elegante, se la artillaría confortablemente por medio de seis cañones emplazados tres a la derecha y tres a la izquierda; los primeros serían cargados con metralla destructora y los otros tres con polvora seca, de manera que al disparar la metralla se disparase también la pólvora para hacer guardar el más perfecto equilibrio a la ambulante máquina de guerra.
Se dejaría venir no más al carruaje presidencial por la derecha de la charrette, y al juntarse el uno con el otro, dispararían los obuses anonadando así en una lluvia de metralla a la carroza del señor Batlle. El disparo debía ser producido por medio de una correa automática que manejaría con el pie el conductor del vehículo.
Los cañones fueron adquiridos por la suma de 36 pesos en una fundición. Cervetti, el ideólogo del plan, opinó que esto era irrealizable o por lo menos muy expuesto, por lo que fue desechado, como así mismo se desechó el proyecto de arrojar una bomba con dinamita y por último fue aceptado lo de explotar una mina.
Fuente: Caras y caretas 1904 7(308)
No hay comentarios:
Publicar un comentario