En Cluses (Alta Saboya), un movimiento gremial ha llegado a tener proyecciones de verdadero desastre trágico. El 11 de mayo de 1904 se declararon en huelga los obreros relojeros de Cluses.
El propietario de uno de los más importantes talleres, M. Crettiez, se negó a transar en forma alguna con los huelguistas y éstos hicieron pedazos todos los vidrios del establecimiento.
Después de este incidente se produce una manifestación de los huelguistas que desfilan ante la usina Crettiez cantando el himno internacional y, según ellos, en actitud estrictamente pasiva e inofensiva. Pero de pronto los cuatro hijos de Crettiez, Enrique, Marcelo, Juan y Miguel, ya excitados por alguna provocación, ya perturbados por el espectáculo de la multitud, rompen desde las ventanas un verdadero fuego graneado de fusilería contra los obreros.
Quedan cuatro cadáveres en la calle y en medio del tumulto son alcanzadas por las balas como treinta personas. En la habitación de los Crettiez se encontraron 40 cápsulas vacías.
Como represalia, el pueblo saqueó e incendió el establecimiento Crettiez. Los hermanos Crettiez se encuentran presos en Bonneville.
Fuente: Caras y caretas 1904 7(308)
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