Al examinar los sujetos que han de servir de base para sustentar teorías científicas, el clínico debe hacer derroche de observación, procediendo con todo detenimiento a investigar desde los antecedentes de familia hasta el último detalle del proceso morboso, buscando en todos los rincones las causas que han podido influir en su desarrollo, ensayando cuanto medio exista y hasta inventando los que convenga para dar con el quid anhelado.
De los casos que diariamente frecuentan una sala de hospital, se toman como punto de partida los más curiosos, se les estudia pacientemente, se analiza con escrupulosidad las causas originarias aparentes, y despues de formarse a cada uno su correspondiente y concienzuda historia clínica, se arriva a las generalizaciones cuyo caudal llega a ennegrecer de un modo horripilante las carillas que descifra luego el pobre cajista en el trabajo del libro.
Los psiquiatras son los médicos de clientela más curiosa, obligándoles la profesión a palmear amistosamente a los alcoholicos, y a tratar a los locos como si sólo lo fueran de verano. Un libro dotado de tales heroes es por fuerza interesante, como que describe la vida misma, la vida vista a través de la ciencia, con dolorosas historias de degenerados meláncolicos o de alegres badulaques que corren a la muerte muy ruisueños y muy dignos de lástima.
"Los accidentes histéricos" de Ingenieros, por ejemplo, seran en este sentido una verdadera galeria, en que se destacaran tipos raros, pobres enfermos, nerviosos, cada una de cuyas vidas encierra una tragedia y una enseñanza.
A esta obra se puede asegurar exito analogo al que han obtenido todas las del autor de "La simulacion de la locura".
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