lunes, 8 de diciembre de 2008

Marginación indígena en el sur (11)

Tribu Pinthen

Después de los cacicazgos de Salinas y Leuvucó no hay otros en la pampa que merezcan tal título, si bien existen tolderías independientes de uno y otro, con indios verdaderamente alzados, al mando de caciquillos bravos y audaces, que hacen una guerra sin cuartel a los cristianos y no pocas veces a los mismos caciques de aquellos dos imperios indígenas.
El más famoso de estos caciques montoneros es Pinthen, cuyo teatro de campañas han sido y son el oeste y norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe. Sus toldos estan situados a cuarenta leguas de Tencúllauquén, comandancia de la frontera norte de esta provincia, entre los territorios de los puelches y ranqueles.
La tribu Pinthen tenía mil almas; pero ha sido más numerosa y formaba 300 lanzas, que habían disminuído a 100, quizás a causa de la bravura con que estos indígenas peleaban y morían en el campo de batalla.
En 1872 el coronel Hilario Lagos, jefe de la frontera oeste de Buenos Aires, expedicionó sobre Pinthen sorprendiéndolo. Le tomó 20 guerreros y 30 mujeres y niños. Entre los trofeos de esta expedición venía la espada del cacique Pinthen, quien, dice en su parte el coronel Lagos, escapó gracias al excelente caballo que montaba. Dicha espada, que parece chilena, por un escudo con estrella que tiene en la empuñadura, nos fue regalada por el capitán (hoy comandante del 3º de línea), don Rudecindo Roca y se encuentra en nuestro museo. Ofrece la particularidad de que tiene grabado en el lomo el nombre indígena Manuel Wunquiñañil, que será probablemente de algún indio de Chile, de quien la hubo el famoso don Vicente Pinthen.
Este cacique, tan valiente como sanguinario, hace alarde de no haber hecho tratados nunca con el gobierno, y es el indio que de diez años a esta parte ha causado mayor número de bajas en el ejército fronterizo, contándose entre sus víctimas dos tenientes coroneles y dos sargentos mayores, a parte de innumerables vecinos y soldados.


Fuente: Zeballos, E.S. (1878). La conquista de quice mil leguas.

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