Los diputados del congreso de zemstvos tuvieron una audiencia en Peterhof con el zar. A pesar del rango de esas persona que componían la diputación de los zemstvos, una de ellas excitó alguna desconfianza entre la gente de palacio, el señor Petrounkevitch, sospechado de afinidades revolucionarias. Con todo, fue al fin recibido y la delegación completa se encontró en presencia de Nicolás II, que esperó en silencio a que el príncipe Troubetzkoy le dirigiera la palabra exponiendo los deseos de la opinión interpretada por los zemstvos. A éste siguió en el uso de la palabra el señor Federof que habló en nombre de la ciudad de San Petersburgo.
El zar contestó dando plenas seguridades sobre su buen deseo y empeño de satisfacer las reclamaciones del peblo ruso en el sentido de establecer la participación de los elegidos en la gestión de la cosa pública.
Fuente: Caras y caretas 1905 8(356)
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