Al día siguiente de llegado a París, Alfonso XIII, acompañado por el presidente, estuvo en el Panteón, en el Cuartel de los Inválidos, en donde fue recibido por el cardenal arzobispo monseñor Richard con los honores correspondientes a un rey católico; en el ayuntamiento y en el Mercado Central, recorriendo después las principales calles y boulevares del centro.
Los mercados de París tienen su reina, o su musa, la cual goza de un espléndido día de coronación para volver el siguiente a las prosaicas faenas del oficio. Cuando don Alfonso XIII visitó el gran mercado de París (les Halles) entre los sones de la marcha real y entusiastas vivas, de entre la multitud se adelantó la musa, Mlle. Jeanne Bouché, a saludarle en nombre de todos y ofrecerle un gran manojo de azucenas y rosas.
Fuente: Caras y caretas 1905 8(353)
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