Las fuerzas con que el movimientorevolucionario contó en Mendoza eran de alguna consideración. Figuraban en él, el batallón de cazadores, 1º de montaña, 1º de caballería y 2º de artillería de montaña, a las cuales se agregaron un buen número de particulares.
El ataque se inició en las primeras horas de la madrugada del día 4 llevando la primera carga al depósito de armas que fue tomado después de un breve combate en que cayó mortalmente herido el comandante Zuloaga.
Inmediatamente los subvlevados se dirigieron contra la policía y casa de gobierno, emplazando enseguida piezas de artillería que empezaron a disparar sobre los edificios nombrados que se encuentran unidos. En la casa de gobierno se encontraba el gobernador de la provincia, sin disponer de fuerzas para iniciar la resistencia, cuando llegó el mayor Octavio Fernández que logró reunir algunos soldados que por más esfuerzos y muestras de valor que hiciron no pudieron resistir el recio fuego de cañón y fusilería, teniendo que rendirse a las 12.30 del día.
Otro de los puntos en los cuales se combatió brillantemente, fue la penitenciaría, defendida por escaso número de soldados al mando del mayor José Rodríguez; pero la superioridad numérica de los revoltosos hizo que la cárcel cayera en poder de éstos, pocos minutos después.
Posesionados los revolucionarios de las importantes reparticiones nombradas, destituído el gobernador que estaba preso, y el poder en manos de la junta que presidía el doctor Lencinas, llevaron todas las fuerzas a atacar el 2º de cazadores.
Dichos oficiales, unidos al teniente Villarruel que logró fugar del poder de los revolucioarios que lo habían prendido, y 20 soldados francos que llegaron después al cuartel, organizaron la defensa contra las fuerzas que les llevaron el ataque, combatiendo heroicamente por espacio de hora y nedia, rindiendose recién cuando los oficiales nombrados cayeron heridos y eran inútiles todos los esfuerzos.
Fuente: Caras y caretas 1905 8(334)
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