domingo, 21 de agosto de 2011

La medicina en la Conquista del Desierto

Si bien el enfrentamiento con el indio sego muchas vidas, los factores meteorologicos tuvieron gran incidencia sobre las tropas.
Los innumerables combates dejaron saldos de muerte y desolacion, pero las enfermedades, epidemias y accidentes destruyeron en mayor cuantia la estructura antropologica de los valerosos regimientos nacionales. Mas que un triunfo belico, la campaña simbolizo la superacion de inclemencias ambientales y la imposicion de una voluntad representativa de soberania. Alejar a los indigenas y darles otra frontera fue el objetico capital de la lucha concluida victoriosamente por Roca. En medio de agresividades teluricas, cundieron episodios pletoricos de heroicidad y patriotismo.
En opinion de Ramayon, las travesias cansaban considerablemente,porque debian efectuarse sobre la escarcha, el hielo y la nieve. Ademas se caminaba permanentemente entre serranias, quebradas, laderas, casi perpendiculares, peñascos y desfiladeros dificiles o cruzando torrentes o rios extraordinarios como el Neuquen, Negro, Coyuncura, Alumine, Colorado y Limay. En este escenario escabroso se tejieron dramas conmovedores (1). De ahi que alguien calificara de sublime a la mision llevada a cabo por ese grupo de esforzados luchadores, "cuyas carnes desnudas no se amortiguaban bajo las terribles heladas del desierto y cuyos apetitos se saciaban con la esperanza, teniendo como unico porvenir su presente" (2).
La misma peregrinacion por llanos infinitos producia un desgaste sistematico, contingencia que ha sido discriminada por Estanislao Zeballos: "Los que no han sido militares no pueden apreciar lo que es una marcha nocturna a tranco de caballo, cuyo movimiento acompasado y particularmente monotono provoca el sueño, que es necesario sin embargo desvanecer. Producese durante esas marchas, que sacan canas, un fenomeno psicologico penoso y modificante. El espiritu se adormece, suspendiendose la actividad intelectual, y aunque no es raro llevar los ojos abertos, cesan las concepciones, los juicios, las impresiones del teatro recorrido, la contemplacion del esplendor de los cielos tachonados de puntos chispeantes y las palpitaciones sonrientes de la imaginacion: esta paralizada la actividad de la conciencia entre el sopor de una abstraccion admirable de cuanto nos rodea. Pero este momento es transitorio, y una espina o un tropezon del caballo nos vuelve son sorpresa a la vida real y al camino y a la caravana, porque adormecida tambien la mano que gobierna las riendas, el caballo se atrasa o se desvia de la ruta y toma los campos no por su cuenta, encaminandose generalmente hacia la caballada o donde lo llama el cencerro de la madrina. Un momento despues de restregarse los ojos, de hablar a los camaradas, de enmendar el rumbo y echar un trago, vuelve el viajero a rendirse, para despertar enseguida sobresaltado. Lejos de llenar este reposo intermitente las funciones del sueño en los organismos sanos, rehabilitado el vigor cerebral y corporal, desorganiza de tal suerte la economia humana, que se siente un ntenso enervamiento fisico y moral durante todo el dia siguiente al de la penosa trasnochada" (3).
Estos traumas insidiosos constituian el inicio de nosologias floridas y pertinaces.

(1) Valga la siguiente relacion inserta en la memoria de la 4a, Division para determinar algunas caracteristicas del clima en el sur: "La unica novedad es el frio extraordinario que hace: hasta las 6 a.m. marcaba el termometro 12 y medio grados centigrados bajo cero. La helada es espesa. El Neuquen ha crecido considerablemente". El informe corresponde al 14 de junio de 1879.
(2) Francisco P. S{unico. Higiene militar. Cuarteles, Buenos Aires, imprenta El Censor, 1890, pag. 27.
(3) Estanislao S. Zeballos, Viaje al pais de los araucanos, Buenos Aires, Rosso, 1934, pags. 418-19.

Fuente: Guerrino, A. (1984) La medicina en la conquista del desierto.

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