sábado, 20 de agosto de 2011

La medicina en la Conquista del Desierto

En la presidencia de Avellaneda, una comisión integrada por Arturo Seelstrang (ingeniero), Enrique Foster (agrimensor), Manuel Obligado (militar) y Aurelio Díaz (jefe político) exploró un pequeño vapor de la costa oriental del Chaco y el 31 de mayo de 1876 elevó un informe detallado, fruto de seis meses de trabajo. Mucho antes, en 1855, el capitán norteamericano Thomas J. Page había intentado un relevamiento similar, pero no ha quedado ningún registro fehaciente de tal aventura. La comunicación Seelstrang definió así a los aborígenes chaqueños: "Haraganes y amantes de la libertad, desconfiados y amigos de lo ajeno, valientes y crueles hasta la hostilidad, tales son los puntos sobresalientes de los indígenas del Chaco, los que son generalmente los de todos los pueblos salvajes; y en vista de ello, no debemos extrañar los pocos adelantos que hasta ahora se han hecho respecto a la reducción de estos naturales". La observación coincide con descripciones de viajeros, combatientes y antropólogos que frecuentaron su trato.
Numerosas expediciones se organizaron y promovieron avances significativos dentro del amplio espacio geográfico. Orlando Punzi, en un metódico ensayo (Historia del Desierto), detalló las alternativas de esta cruzada auxiliar en la puja con el salvaje, cuyas sucesivas maniobras fueron dirigidas por Napoleón Uriburu (1870), Manuel Obligado (1879), Luis Jorge Fontana (1880), Juan Solá (1881), Francisco Bosch (1883), Manuel Obligado (1883), Rudecindo Ibazeta (1883), Benjamín Victorica (1884) y Lorenzo Vintter (1899). Por el año 1907 se creó la División de Caballería y en 1911 quedaron organizadas las Fuerzas de Operaciones del Chaco. Sobresalieron en la campaña del Chaco, entre otros Ignacio Fotheringham, Teófilo O'Donnell, Rostagno, Mallea, Rivas; al igual que Figueroa, Ipola, Villar y Freyre, quienes tuvieron a su cargo delicadas misiones que incrementaron el territorio nacional, desalentaron apetencias extranjeras, dieron empuje a la colonización y estimularon la función de progresistas ciudades. No está demás recordar -aduce Punzi- que la animosidad del indio contra los españoles estaba cimentada en el abuso de mando, violencia en el trato, la injusticia, extrañamiento, esclavitud encubierta, cautiverio injusto y robo de mujeres. Estos factores cimentaron la rebeldía pertinaz de los núcleos tribales remanentes, hasta que el ejercito regular ocupó totalmente la disputada comarca que, en adelante, se constituyó en una región exuberante, y liberada de enigmáticas leyendas. La palabra Chaco es una voz quichua que significa cacería de ojeo, y con esto, posiblemente, los indios quisieron aludir a la caza que abundaba en los bosques y llanos herbosos de la zona de referencia. Hasta allí arribaron los expedicionarios, como aquellos argonautas que fueron a la Cólquida. Pero no encontraron ningún vellocino de oro; sólo abonaron con su sangre inmensos predios donde asomaba un futuro promisorio.

Fuente: Guerrino, A. (1984) La medicina en la Conquista del Desierto.

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