martes, 15 de diciembre de 2009

Creación de la Universidad Nacional del Litoral

Siguiendo su acción en favor del intercambio de relaciones entre profesores y alumnos y de la vinculación de éstos, particulamente con asociaciones análogas y con personalidades intelectuales del país, el Centro Estudiantes de Derecho de Santa Fe consigue, con la eficaz intervención del corresponsal de la Revista Argentina de Ciencias Políticas de Buenos Aires, doctor Raúl Villaroel, que el doctor Rodolfo Rivarola visite la Capital de la provincia y pronuncie una conferencia en el Teatro Municipal, en octubre de 1914.
Con motivo de esta honrosa visita, los estudiantes universitarios de Santa Fe exponen su pensamiento y su anhelo, que es ratificado en comunicaciones posteriores al doctor Rivarola(6), el que presta la mayor atención.

(6) Carta al doctor Rodolfo Rivarola
Con fecha 19 de octubre de 1914 escribí una carta al doctor Rodolfo Rivarola; transcribo algunos de sus párrafos. (Me cupo el honor de desempeñar, entonces, la presidencia del Centro Estudiantes de Derecho de Santa Fe). Decían así: Santa Fe necesita de esa clase de hombres; hacen falta sus visitas frecuentes, sus esfuerzos, ya que ellos redundarán indiscutiblemente, en el adelanto general. Son sembradores; hay que cultivar; hay que formar el ambiente; hay que educar, que modelar los cerebros juveniles, haciendo obra para el mañana, aunque se oponga a la rutina, que ya se encargará de usar todas sus artimañas para aislar a Santa Fe, para impedir que vengan hombres de ideas nuevas que miren el porvenir y hacia él vayan.
Relacionado con estas ideas, manifestadas ligeramente, está planteado un programa por cuya solución bregamos desde 1912, en que se celebró el primer mitin por la nacionalización de la Universidad, y no de los títulos que expide, y que dio por resultado el proyecto Pesenti. Hoy tenemos un pensamiento que abarca más, y que tenía la misión de presentarlo a la consideración del congreso universitario que debió celebrarse en Córdoba este año; pensamiento que, como le decía, consiste en la organización de una gran universidad moderna argentina, a base de los institutos universitarios, bibliotecas Argentina y Cosmopolita, colegios nacionales, escuelas industriales, escuelas comerciales, escuelas normales, Hospital Centenario de Rosario, Escuela de Agricultura de Casilda, Escuela de Agronomía y Agricultura de Rafaela (nueva fundación, según proyecto del P.E. de la provincia, no presentado todavía a las cámaras), y si se le diera mayor extensión, proyectar la organización hasta Paraná. Tendríamos así, como base para operar, un triángulo: Rosario, Paraná y Santa Fe, cuyos vértices estarían en íntimo contacto con los principales centros de cultura del país (Buenos Aires, La Plata, Córdoba, Tucumán, etc.) y con fundaciones científicas y populares. La extensión universitaria no faltaría, pues tendría inmejorables complementos en el Ateneo Popular de Rosario y la Cultura Popular de ésta (Proyecto del P.E. a estudio de la Cámara de Diputados).
Con una organización de esta índole, enlazado todo el país para formar una gran red, no cree, doctor, que la vida argentina recibiría un gran impulso, una nueva orientación en la sociedad, la política, el trabajo, la economía, la ciencia, el pensamiento, en el orden privado y público? ¿No se podría constituir así con el tiempo una Nación ejemplar, con base propia?
Pienso, como argentino, doctor; todos tenemos que aspirar a la grandeza de la patria.
Hay una objeción para la cuestión planteada: el gasto; pero si analizamos, la casi totalidad de los establecimientos nombrados y existentes tienen edificio propio y todos tienen actualmente subvención del gobierno nacional.
Creo como Ud., doctor, que será bueno esperar hasta el año que viene, en lo que respecta a la Universidad proyectada. Pero, hemos reconocido en Ud. tanta austeridad ciudadana, que creo no se negará a secundar la obra de manera tan fundamental; y sería tratando de obtener la adhesión de hombres espectables del país, de profesores de autoridad en la vida educacional, exponiéndoles el pensamiento y consiguiendo su apoyo decidido en lo sucesivo. ¿Me admite la franqueza, doctor?; ¿Le parece bien?.
Cuando el año próximo repita la visita a esta ciudad ¿no podría venir con el Dr. González? (Me refería al doctor Joaquín V. González). No estoy seguro si la Universidad lo invitará; supongo que existe ese pensamiento. Usted, que lo conoce -y me permitirá que  maner de confidencia se lo pregunte- tal vez pudiera decirme si accedería a la invitación de los estudiantes alguna vez que fuera requerida su visita.

Fuente: Gruning Rosas, A. (1940) Creación de la Universidad Nacional del Litoral (Crónica retrospectiva).

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