"La semana pasada ha sido de grandes acontecimientos en el mundo político; la candidatura de don Marco Avellaneda para presidente de la república ha sacado del quicio a los quintanistas, quienes han hecho el derroche de engrudo y papel impreso para tapar al candicato naciente, y seguir en ese tren es ir derechito ala ruina.
Los avellanedistas que, aunque tarde salieron con furia a la palestra, han tomado represalias del tapamiento de los carteles, donde proclamaban a su ídolo, y una noche tuvieron la osadía de irse a la casa del doctor Quintana, y llenarle el frente de carteles con el santo fin según han dicho de hacer que se entere el enigmático doctor, de que tiene en su camino un rival que quiere ganarle la carrera."
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