A raíz de la propaganda realizada se ha podido llevar a la práctica la instalación de un dispensario de lactantes, establecimiento cuyos propósitos, mediante la cooperación de las autoridades y del público, han de cumplirse cabalmente, mejorando la situación y el género de vida de los niños cuyas madres, ya por sus ocupaciones, ya por carencia de leche, no pueden alimentarlos en la forma y de acuerdo con los preceptos señalados por la higiene y las necesidades de la infancia.
El primer dispensario se ha establecido en el local Cerrito 892, bajo la dirección del doctor Enrique Foster, quien tras un estudio detenido de las necesidades que debía llenar ese género de instituciones requirió maquinarias modernas, simplifadas y que aseguran la depuración más acabada de la leche, colocándola en condiciones insuperables de higiene y alimentación.
El consultorio posee un tambo anexo en San Vicente, donde la leche, apenas ordeñada, es sometida a las operaciones de la pasteurización y colocarla en botellas esterilizadas.
Fuente: Caras y caretas 1905 8(335)
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