A fines de 1904 se descubre la defraudación llevada adelante por algunos empleados de la División de contribución territorial y patentes. Dicha defraudación se descubre a raíz de las publicaciones hechas por un diario de la tarde.
Los casos concretos fueron: el señor L. Canaveris, en nombre de la familia de Ortiz Basualdo pagó 18.000 pesos por contribución directa y esta cantidad no aparecía en los balances de la tesorería. La bleta que llevó como comprobante el señor Canaveris estaba firmada por el señor S.J. Frías.
Para pagar la contribución de varias propiedades, algunas de la señora Angela Alzaga de Lezama, llevó el señor Joaquín Cueto la suma de 27.000 pesos que declaró haber entregado al señor Frías, en un cheque por igual valor, yendo a parar ese documento comercial a la cuenta particular que tenía el señor Frías en un banco de Buenos Aires.
Fuente: Caras y caretas 1904 7(326)
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