sábado, 25 de febrero de 2012

Vendedores de pescado en La Boca


A la caída de la tarde van llegando las barcas de pescadores, arrían el velacho latino, atracan, amarran una espía en un madero del muelle, y uno a uno van subiendo a su cubierta los vendedores de pescado, los corredores de bolsa, que las esperaban; bajan a la bodega, revuelven y manosean los bagres, sábalos y pejerreyes caídos en las redes aquel día.


Luego acercándose al dueño de la lancha, que fuma, sentado a popa, su cachimbo, le ofrecen en secreto, al oído, lo que se animan a pagar por el cargamento "¿Ne vole trenta pesi per il cargamento?" ... Y luego otro, y otro, hasta que van pasando todos, revolviendo y avalorando el pescado a su manera, y haciendo, siempre en secreto, las ofertas.


Concluída la operación, oidas las propuestas, pónese en pie nuestro hombre, el dueño de la barca, y señalando al mayor postor, pronuncia las sacramentales palabras: "il pescado é di questo!", y se concluye la rueda.





Fuente: Caras y caretas 1904 7(317)

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