Sus físicos, que ayer fueran causa de tantos comentarios elogiosos, y provocaran la admiración de los conquistadores europeos, se han convertido hoy en cuerpos deformes, robustos unos, endebles los otros, pero carentes todos de belleza.
Estatura preponderante es la baja, distando enormemente de aquellos que originaron tantas leyendas y le inspiraron a Pernetty sus dibujos fantasiosos.
Habitan ranchos hechos con yuyos y adobes, no faltando de tanto en tanto alguno que se refugia en cavernas naturales, pozos y otros lugares semejantes, sin ser la higiene causa de preocupación alguna. Tratan siempre de levantar las chozas en quebradas o lugares similares, evitando la mayor violencia del azote del viento.
Lo común es que vista ropas raídas y sucias, extremo al que los arrastra, más que la miseria, su común indolencia.
El alimento principal (por no decir único), al igual que antaño, lo constituye la carne. Hacen estragos en su físico mal nutrido y poco protegido del duro clima, los excesos de libaciones alcohólicas, vicio provocado por la soledad y falta de distracciones acordes con la época que vivimsos.
Fuente: Minolfi Ceballos, R. Semblanza del nativo de la Patagonia. En: Revista Geográfica Americana 1948 25(151)
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