viernes, 14 de octubre de 2011

El dios supremo para los indígenas americanos

La cosmogonía de los indios Apapocúva-Guaraní que Nimuendajú recogió en su lengua original, nos da una visión grandiosa y confusa de la llegada del héroe civilizador:
"Nuestro Padre Grande vino solo. Apareció de entre las tinieblas. Los murciélagos eternos luchaban entre sí en las tinieblas. Nuestro Padre Grande llevaba un sol en el pecho. Trajo la cruz eterna, la colocó hacia el este, marchó sobre ella y comenzó a crear la tierra. Hoy día la cruz eterna ha quedado como puntal de la tierra; si se retira este puntal la tierra caerá. Enseguida trajo el agua. Cerca de él se encuentra Nuestro-Padre-conocedor-de-todas-las-cosas".
"Nuestro-Padre-Grande comenzó por crear una mujer, Nuestra-Madre, cuya posesión reparte con Nuestro-Padre-conocedor-de-todas-las-cosas. Después forma la tierra que se apoya sobre la cruz dirigida hacia oriente. Su casa, situada en el centro de la tierra, está rodeada de campos que tan pronto como se siembran quedan cubiertos de abundantes cosechas. Después de una riña con su mujer, que no quiso creer en el crecimiento milagroso de las plantas que acababa de sembrar, la abandonó para irse al cielo. Más tarde, tomó consigo sus dos hijos y se retiró muy lejos entre las tinieblas, en una región únicamente iluminada por la luz que él lleva en su pecho. Y allí continuará para impedir la destrucción de la tierra que creó y que puede aniquilar cuando así lo desee. Bajo su hamaca está acostado el 'Jaguar azul' que participará en el extermino de la humanidad"(1).

(1) Die Sagen von der Erschaffung und Vernichtung der welt als grundlagen der Religion der Apapocúva-Guaraní (Zeitschrift fur Ethnologie. Berlín, 1914, vol. 46, p. 393)

Fuente:Metraux, A. El dios supremo, los creadores y héroes culturales en la mitología sudamericana. En: América indígena 1945 6(1)

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