La jornada del trabajo, según se me ha informado, es en La Esperanza de 10 horas diarias en la época que no se hace la zafra; y de 12 horas en tiempos de cosecha; jornadas estas que son hechas por los obreros ocupados en la fabricación de azúcar y en la elaboración del alcohol. A esas mismas horas de trabajo están sujetos los menores de 14 años y los mayores de esa edad hasta la de 16 que tiene este establecimiento, y cuyo número es de 86. La jornada de 12 horas se hace en turnos diurnos y nocturnos, pero no se si se alternan o no las tandas de obreros que hacen una y otra, ni si tienen o no descanso para las comidas.
En el ingenio San Isidro, la jornada en la fábrica es también de 12 horas, hecha en turnos diurnos y nocturnos, con un descanso de una hora para el almuerzo o comida. Los obreros que trabajan de noche en una semana, en la siguiente hace un turno de día y vice-versa.
Como en ambos ingenios, los trabajos de cultivo y el de corte y pelado de caña se hace a destajo, no habiendo límites para el trabajo, de manera que los obreros que lo realizan son víctimas de una fatiga excesiva, a la vez que, el de los rigores de un clima malsano.
En ninguno de los ingenios que he visitado se da descanso a los obreros en día domingo, ni en ningún otro día; es cierto que la índole de las sustancias que se manipulan, no permite hacer una tregua a la labor, pero la buena voluntad de los jefes de industria haría posible,que en día cualquiera de la semana y por turnos, los obreros gozasen de un descanso, tan necesario como el alimento en trabajos de índole que esta industria tiene.
[Fuente: Boletín del Departamento Nacional del Trabajo 1910 (14)]
En el ingenio San Isidro, la jornada en la fábrica es también de 12 horas, hecha en turnos diurnos y nocturnos, con un descanso de una hora para el almuerzo o comida. Los obreros que trabajan de noche en una semana, en la siguiente hace un turno de día y vice-versa.
Como en ambos ingenios, los trabajos de cultivo y el de corte y pelado de caña se hace a destajo, no habiendo límites para el trabajo, de manera que los obreros que lo realizan son víctimas de una fatiga excesiva, a la vez que, el de los rigores de un clima malsano.
En ninguno de los ingenios que he visitado se da descanso a los obreros en día domingo, ni en ningún otro día; es cierto que la índole de las sustancias que se manipulan, no permite hacer una tregua a la labor, pero la buena voluntad de los jefes de industria haría posible,que en día cualquiera de la semana y por turnos, los obreros gozasen de un descanso, tan necesario como el alimento en trabajos de índole que esta industria tiene.
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