La musica aymara, es el paisaje del alma nativa. Los indios parece que llevaran la armonia en la sangre, con el ritmo de la piedra, la fuerza del viento y la honda dulzura de las lontananzas. La musica aymara, contrariamente a la de cualquiera otra comarca del mundo, no es cancion; es sola y siempre musica pura, musica sin letra, sin estribillo; es la voz de esta tierra cuarteada y arisca; es una suerte de aliento que sopla desde el fondo sin termino del horizonte; por eso es asi, andante y lejana, persistente y fuerte. Jaime Mendoza cree ver grabado el arquitrabe de la Puerta del Sol, genios vestidos de gala que embocan instrumentos como clarines, emisores seguros de ningun tono triste, y mas bien de algo jocundo y animado: un canto a la primavera o una marcha triunfal.
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