El estetoscopio fue de un valor inapreciable para Laennec en el diagnóstico de la enfermedad que más le interesaba y que era la tuberculosis, de la que padecían, según reveló el estetoscopio, la mitad de los enfermos que, en aquel entonces, acudían al hospital. Después de llevar a cabo cerca de mil autopsias, Laennec sabía casi tanto como se sabe hoy día acerca de esta enfermedad, con ecxepción de un hecho importantísimo, o sea su causa. Laennec y un colaborador suyo, un estudiante llamado Boyle, demostraron que la enfermedad se presentaba en cualquier parte del organismo en forma de unos bultos pequeños que llamaron tubérculos, de lo que se derivó tuberculosis; pero todavía tenía que pasar cerca de medio siglo antes de que el médico alemán Roberto Koch demostrara que estos bultos eran causados por un cierto tipo de bacterias.
[Fuente: Haggard, H. (1941) El médico en la historia]
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