Juan Evelyn, escritor del siglo diecisiete, caballero de gran cultura y amigo del Rey Carlos II, se refiere a un incidente que presenció el día 6 de julio de 1660."Su majestad empezó a tocar para ahuyentar el Mal, de acuerdo con la costumbre, que era así: Su Majestad estaba sentado bajo dosel en la sala de los banqueros y los cirujanos dieron señal de que se acercaran los enfermos o de que los llevaran hasta el trono, donde se arrodillaban; el Rey entonces dábales una palmada, en la cara o en las mejillas, con las dos manos a la vez mientras un capellán solemnemente dice: El pone sus manos sobre ellos y El los cura ... Luego que todos hubieron sido tocados volvieron a adelantarse en el mismo orden y el otro capellán, arrodillándose, dale al Rey, una por una, unas cintas blancas de las que pende una medalla de oro y que el Rey cuelga alrededor del cuello de los que habían sido tocados y mientras éstos van pasando el capellán va repitiendo, Esta es la luz verdadera que viene al mundo. Sigue luego una epístola con liturgia, oraciones por el enfermo y bendiciones perdurables; y entonces el Lord Camarero mayor y el Mayordomo de la real casa traen una jofaina, una palangana y una toalla para que Su Majestad se lave las manos".Estas son descripciones fieles de la ceremonia real para curar la enfermedad del Mal del Rey. Esta ceremonia era una de las muchas supersticiones del siglo diecisiete, pero quizás la más sorprendente de todas; la enfermedad, el Mal del Rey, era escrofulosis y la escrofulosis, según se sabe hoy día, es la tuberculosis de las glándulas del cuello.
[Haggard, H. (1941) El médico en la historia]
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