Mitridates, rey de Ponto, era un un chisgaravís de la medicina, que quería inmunizarse contra toda clase de venenos (condición muy necesaria para un rey de aquellos tiempos) ingiriendo pequeñas dosis que aumentaba gradualmente de todos los venenos y a quien se le atribuye el invento de un antídoto universal, la teriaca. La teriaca que en la época de Paré se preparaba, según se cuenta, de acuerdo con la fórmula original y se componía de carne de víbora y algo así como sesenta y tres otros ingredientes, ninguno de los cuales causaba el menor efecto medicinal. La teriaca era uno de los remedios más famosos hasta bien entrado el siglo dieciocho.
[Fuente: Haggard, H. (1941) El médico en la historia]
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