jueves, 3 de septiembre de 2009

Documentos oficiales referentes al inicio de la Segunda Guerra Mundial

Memorandum entregado a Sir A. Henderson a las 11.20 a.m., el 3 de septiembre de 1939, por Herr von Ribbentrop
(Traducción)
El gobierno alemán ha recibido el ultimátum del gobierno británico del 3 de septiembre de 1939 y tiene el honor de contestar lo siguiente:
1) El gobierno alemán y el pueblo alemán rehusan recibir, aceptar y mucho menos cumplir, demandas en forma de ultimátum hechas por el gobierno británico.
2) En nuestra frontera oriental ha existido durante meses una situación de guerra. Desde el tiempo en que tratado de Versalles originalmente desplazó a Alemania, todo convenio pacífico fue rehusado a todo gobierno alemán. El gobierno Nacional Socialista también ha intentado desde el año 1933, en repetidas ocasiones, eliminar mediante negociaciones pacíficas las violencias e injusticias contenidas en este tratado. El gobierno británico se ha encontrado entre quienes por su actitud intransigente, tomaron la parte principal en frustrar toda posible revisión.
Sin la intervención del gobierno británico -de esto el gobierno alemán y el pueblo alemán están plenamente convencidos,- Alemania y Polonia hubieran llagado a una solución razonable y justa para ambas partes. Porque Alemania no tenía la intención, ni había sugerido la idea de aniquilar a Polonia. El Reich exigía solamente la revisión de aquellos artículos del tratado de Versalles que ya en el tiempo de la formulación de aquel dictámen, fueron considerados por estadistas comprensivos de todas las naciones, como insoportables con el transcurso del tiempo, y como consecuencia, imposibles para una gran nación y para los intereses políticos y económicos de la Europa Oriental.
Estadistas británicos también calificaron la solución de la situación en el Este, entonces impuesta a Alemania, como germen de futuras guerras. La eliminación de este peligro fue el deseo de todos los gobiernos alemanes, y especialmente la intención del nuevo gobierno Nacional Socialista del Pueblo. La culpa de haber impedido esta revisión pacífica reside en la política del gabinete inglés.
3) El Gobierno Británico, en una situación sin precedentes en los anales de la historia, ha dado al estado polaco plenos poderes para que emprenda cualquier acción imaginable contra Alemania. El Gobierno Británico aseguró al Gobierno Polaco su apoyo militar en toda circunstancia, aún en el caso de que Alemania se defendiera contra cualquier provocación o ataque. Se explica así que el terror polaco ejercido sobre todo alemán habitante de los territorios arrancados a Alemania, asumiera de inmediato proporciones insoportables. La Ciudad Libre del Danzig, en violación de todas las previciones legales, fue primeramente amenazada con la destrucción económica por medio de una política aduanera adecuada a ese fin y finalmente sujeta a un bloqueo militar que la estrangula en sus comunicaciones. Todas estas violaciones de los Estatutos de Danzig, harto conocidas por el Gobierno Británico, fueron aprobadas y cubiertas por el cheque en blanco dado a Polonia. El Gobierno Alemán, aunque conmovido por los sufrimientos de los habitantes alemanes sometidos a torturas y tratos inhumanos, permaneció como testigo paciente durante cinco meses sin adoptar en ningún momento, una actitud agresiva similar contra Polonia. Se limitó a advertir a este país que tales hechos resultarían finalmente insufribles, y que estaba dispuesto, en caso de que no cesara la situación de violencia a que esos habitantes estaban sometidos, a auxiliarlos él mismo. Todos estos hechos eran conocidos con lujo de detalles por el Gobierno Británico. A este gobierno, dada su gran influencia, le hubiera sido fácil convencer a quienes están en el gobierno de Varsovia, que observasen las leyes de la justicia y de la humanidad, y que cumpliesen con las obligaciones existentes. El Gobierno Británico no hizo eso. Por el contrario, con su insistencia en hacer presente su obligación de asistir a Polonia en cualquier circunstancia, lo único que hizo fue estimular al Gobierno Polaco a continuar en su actitud criminal que amenazaba la paz de Europa. Del mismo modo, el gobierno Británico rechazó la propuesta del signor Mussolini, que podría haber salvado todavía la paz europea, máxime cuando el Gobierno Alemán había declarado su conformidad con ella. Al Gobierno Británico, por consiguiente, corresponde la plena responsabilidad de todas las desgracias y miserias que ya han alcanzado a algunos pueblos y alcanzarán a muchos más.
4) Después de que el Gobierno Polaco, respaldado como lo ha sido por Inglaterra, imposibilitó todos nuestro esfuerzos para encontrar una solución pacífica que concluyese con la situación: después de que ese gobierno creara, desde hace cinco meses, condiciones muy semejantes a las de una guerra civil en la frontera oriental del Reich -hasta el punto de que se produjeran ataques abiertos en territorio alemán, sin objeción alguna del Gobierno Británico -el Gobierno Alemán ha decidido concluir con esta amenaza (ya insoportable para una gran potencia) continuamente levantada contra la paz interna y externa del pueblo alemán. Y ha determinado ponerle fin por aquellos únicos medios que Alemania encuentra cuando se trata de defender la paz, la seguridad y el honor de los suyos, ya que los gobiernos democráticos han "saboteado", en efecto, toda otra posibilidad de solución. Los últimos ataques polacos que amenazaron al territorio del Reich fueron contestados con medidas similares. El Gobierno Alemán no tiene la intención, cualesquiera sean las que el Gobierno Británico abrigue sobre el Oriente, de tolerar condiciones idénticas a las observadas por nosotros en Palestina, que está bajo protección británica. Además, el pueblo alemán no se dejará nunca maltratar y mucho menos por polacos.
5) El Gobierno Alemán, por lo tanto, rechaza los intentos de obligar a Alemania, por medio de una demanda con carácter de ultimátum, a retirar las fuerzas que tiene alineadas para la defensa del Reich y en rechazo de la vieja injusticia de que es víctima. La amenaza de que con esta actitud nuestra, Alemania será llevada a la guerra, corresponde a la intención proclamada desde hace años por numerosos políticos británicos. El Gobierno Alemán y el pueblo alemán han asegurado al pueblo inglés, incontables veces, su deseo de llegar a una sincera comprensión y hasta de cimentar una estrecha amistad. Si el Gobierno Británico ha rechazado siempre hasta ahora, estas ofertas y actualmente las contesta con una abierta amenaza de guerra, no es culpa del pueblo alemán ni de su gobierno, sino exclusivamente del gabinete británico o de esos hombres que desde hace años vienen predicando la destrucción y extermino del pueblo alemán. l pueblo alemán y su gobierno no tienen intenciones, como Gran Bretaña, de dominar al mundo; pero están determinados a defender su propia libertad, su independencia y sobre todo, su vida.
Hemos tomado nota de la intención que nos ha comunicado, Mr. King-Hall, por orden del Gobierno Británico, de llevar la destrucción del pueblo alemán aún más allá de lo conseguido por medio del Tratado de Versalles, y hemos resuelto contestar cualquiera acción agresiva de parte de Inglaterra, con las mismas armas y en la misma forma.
Fuente: Documentos referente a las relaciones germano polacas y al estallido de las hostilidades entre Gran Bretaña y Alemania.

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