miércoles, 2 de septiembre de 2009

Documentos oficiales referentes al inicio de la Segunda Guerra Mundial

Sir H. Kennard al vizconde Halifax (recibido a las 8 pm)
(Por telégrafo) Varsovia, septiembre 2 de 1939.
M. Beck solicitó al Embajador Francés y a mí que lo entrevistáramos hoy; nos hizo notar que aunque el ejército polaco resiste con energía el ataque alemán, se encuentra muy dificultado por la superioridad alemana en el aire ya que les ha sido posible a las fuerzas aereas alemanas lanzar el total de su peso sobre este frente. Muy discretamente nos sugirió que sería esencial cuanto antes emprender alguna contraofensiva en el oeste.
2) Deseaba por esta razón le informáramos lo más pronto posible acerca de la entrada en la guerra de las dos naciones, y si le sería posible a nuestra aviación distraer una proporción considerable de los aviones alemanes que operan en este frente.
3) Su Excelencia también llamó nuestra atención sobre el hecho de que las fuerzas aereas alemanas no se habían limitado estrictamente a objetivos militares. Han bombardeado a fábricas ajenas a trabajos de guerra, a pueblos alejados de los objetivos militares y han causado numerosas bajas entre la población civil.
4) Espero que me informe lo más pronto posible acerca de nuestra declaración de guerra y de que nuestras fuerzas aéreas harán todo lo posible para desplegar actividad en el frente occidental con el objeto de aliviar la presión aquí.

Discurso del Primer Ministro en la Cámara de los Comunes, el 2 de Septiembre de 1939
El Primer Ministro.- Sir Nevile Henderson fue recibido anoche por Herr von Ribbentrop, a las 9 y 30 p.m. y entregó el mensaje de advertencia leído ayer en la Cámara. Herr von Ribbentrop replicó que debía someter la comunicación a la consideración del Canciller Alemán. Nuestro Embajador señaló su disposición a recibir la contestación del Canciller. Hasta el presente no hemos recibido ninguna respuesta.
Puede ser que la demora sea causada por la consideración de una propuesta suministrada en el intervalo, con el Gobierno Italiano, o sea: la cesación de las hostilidades y la reunión inmediata de una conferencia de las cinco potencias: Gran Bretaña, Francia, Polonia, Alemania e Italia. El Gobierno de Su Majestad, a pesar de su estimación de los esfuerzos del Gobierno Italiano, halla imposible su participación en una conferencia, cuando Polonia está sometida a la invasión, sus pueblos sufren bombardeos y Danzig es el objetivo de una tentativa de llegar a una solución unilateral, mediante la fuerza. El Gobierno de Su Majestad, como declaramos ayer, se verá obligado a entrar en acción, si no se retiran las fuerzas alemanas del territorio polaco. Estamos en comunicación con el Gobierno Francés, con respecto al plazo necesario para que nuestros gobiernos se informen acerca de la disposición del Gobierno Alemán, para efectuar tal retiro. Si el Gobierno Alemán estuviese dispuesto a retirar sus fuerzas, el Gobierno de Su Majestad aceptaría una situación igual a la que existía antes que las fuerzas alemanas cruzaran la frontera. Es decir, el camino estaría abierto a la discusión entre el Gobierno Alemán y el Polaco, sobre las cuestiones en litigio entre ellos, sobre la base de que el resultado sería una protección de los intereses vitales de Polonia, asegurada por una garantía internacional. Si el Gobierno Alemán y el Polaco desean la asociación de otras potencias a la discusión, el Gobierno de Su Majestad, por su parte, estaría dispuesto a dar su conformidad.
Hay otra cuestión de la que se debe hablar para que la situación actual sea perfectamente clara. Ayer, Herr Forster, quien el 23 de agosto en contravención con la constitución de Danzig fue nombrado jefe de Estado, decretó la incorporación al Reich de Danzig y la suspensión de las garantías constitucionales. Se pidió a Herr Hitler que diera efecto a este decreto mediante la ley alemana. En una reunión del Reichstag de ayer por la mañana se aprobó una ley reuniendo a Danzig con el Reich. El Estado internacional de Danzig, como una ciudad libre, está establecido en un tratado, del cual el gobierno d Su Majestad es firmante, y la ciudad libre fue puesta bajo la protección de la Liga de las Naciones. Los derechos otorgados a Polonia en Danzig fueron definidos y confirmados en un acuerdo firmado entre Danzig y Polonia. La actitud asumida ayer por las autoridades de Danzig y del Reich es el último paso en el repudio unilateral de estos instrumentos internacionales, que solamente se podrían modificar mediante negociaciones. El gobierno de Su Majestad no reconoce, en consecuencia, ni la validez de las razones en que basaron su acción las autoridades de Danzig, ni la validez de la acción en sí misma, ni el efecto que le dio el gobierno alemán.
(Algo más tarde, dijo:)
El Primer Ministro.- Creo que la Cámara reconoce que el gobierno se halla en una situación algo violenta. Supongo que siempre ha de resultar difícil a aliados, obligados a comunicarse por teléfono, que sincronicen sus pensamientos y acciones con la rapidez de aquellos que se encuentran en la misma habitación; pero me horrorizaría si la Cámara pensara por un momento que en lo que les acabo de manifestar, dejase entrever la más leve debilidad de este gobierno, o del gobierno francés, en la actitud asumida por nosotros. Debo agregar, que yo mismo comparo la desconfianza que demostró el Muy Honorable Miembro sobre maniobras de esta naturaleza. Me alegraría si no hubiese sido posible decirle a la Cámara en este momento que el Gobierno Francés está de acuerdo con nosotros en acortar en lo posible, el plazo previo para nuestra entrada en la acción.
Es muy posible que recibamos una contestación a las comunicaciones cambiadas con Francia, en el transcurso de pocas horas. Tengo entendido que el gabinete francés se encuentra en este momento reunido, y estoy seguro que podré hacer una declaración definitiva mañana cuando la Cámara se vuelva a reunir. Soy el último en perder una oportunidad, que, en mi opinión, ofrece aún a última hora, una posibilidad seria de impedir la gran catástrofe de la guerra; pero confieso que en el presente caso tendría que estar convencido de la buena fe de la otra parte en cualquier acción emprendida por ella, antes de poder juzgar la proposición suministrada como una solución, de la cual podemos esperar una posibilidad razonable de éxito. Anticipo, que hay una sola contestación que podré dar a la Cámara mañana.
Espero que esta cuestión estará solucionada lo más pronto posible, para poder apreciar nuestra situación, y espero también que la Cámara, comprendiendo la situación que he tratado de aclarar ante ella, creerá que he hablado con completa buena fe y que no prolongará una discusión que puede colocarnos en una situación más embarazosa que la presente.

Mr. Preston al Vizconde Halifax
(Por telégrafo). Kovno, septiembre 2 de 1939.
Lo que sigue es de M. Burckardt:
Llegué aquí en automóvil la noche del 1o. de septiembre. Desde la medianoche del 30 de agosto hasta la medianoche del 31 de agosto he estado bajo la vigilancia de agente de la Gestapo de Danzig. El 1o. de septiembre a las 8 a.m. fui visitado por Herr Forster y el vicepresidente del Senado de Danzig. Herr Forster me informó que consideraba terminadas mis funciones como Alto Comisionado y que tenía la intención de izar el "Hakenkreuz" desde el edificio del Alto Comisionado. Si yo deseaba partir antes que lo hiciera tendría que marcharme en el término de dos horas.
Durante estas dos horas fui constantemente visitado por agentes de la Gestapo, quienes trataron de convencerme de apresura mi partida. Me quedo en Kovno por ahora, con la intención de partir hacia Ginebra.
Fuente: Documentos referente a las relaciones germano-polacas y al estallido de las hostilidades entre Gran Bretaña y Alemania el de septiembre de 1939.

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