Informe de un judío que estuvo en prisión. Agosto de 1938Herr X, un acomodado comerciante judío, estuvo durante seis semanas en un campo de concentración en Buchenwald. Para mantener una ficción de legalidad, se escudriñan los archivos de la policía y la más ligera indicación contra un judío, a veces una falta insignificante de hace cuarenta años, se convierte en excusa para una detención.
Herr X dijo que tenía diez y seis horas de trabajo al día, incluyendo los domingos. Durante estas horas estaba prohibido beber, aún en los días más calurosos. El alimento en sí mismo no era malo, pero completamente insuficiente. Un café simple al amanecer y medio litro de sopa al medio día; con doscientos cincuenta gramos de pan para todo el día. Mientras estuvo allí, el trabajo de los presos fue doblado y sus raciones reducidas a la mitad. El trabajo, naturalmente, consiste, en trasladar grandes piedras, a menudo mucho más pesadas de las que es capaz de llevar un hombre bien alimentado.
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Había unos 8.000 hombres en el campo en que él estuvo, pero se esperaba que el número aumentase hasta 20.000. Eran 1.500 judíos y 800 Ernste Bibelforscher (Estudiantes internacionales de la Biblia). El resto eran políticos, pseudo criminales y gitanos. Cada hombre llevaba un brazalete; los judíos, amarillo con la estrella de David; los estudiantes de la Biblia, violeta, etc. Los comunistas y otros presos antiguos actuaban de sub-guardias. Los presos judíos escribían y recibían cartas dos veces al mes. A los estudiantes de la Biblia no se les permitía comunicarse con el mundo exterior, pero, en cambio no les fueron reducidas sus raciones.
Fuente: Aspectos de la situación en Alemania, marzo 1938-febrero 1939.
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