viernes, 2 de julio de 2010

Rebelión de Mitre en 1874

Olavarría, noviembre 19 de 1874.
Al Sr. Coronel D. Julio Campos, comandante en gefe del
Ejército del Sud.
Tengo la satisfacción de poner en su conocimiento el
favorable resultado de la operación de guerra practicada por las fuerzas a mis
ordenes en el día de ayer.
A las ocho de la mañana, más o menos, comuniqué a V.S. que
fuertes grupos de indios del Ejército rebelde, se aproximaban por mi flanco
derecho los que mandé observar y batir por la primera división comandada por el
Teniente Coronel D. Conrado Villegas, resultando que al encontrarse con nuestra
línea tendida, enviasen parlamentarios ofreciendo someterse a la Autoridad
Nacional, como efectivamente lo hicieron, desfilando por frente al Ejército y
presentándose a V.S. que les ordenó campar y obedecer las órdenes que yo le
impartiese.
En esta situación y con los informes recibidos, fue que V.S.
me autorizó para enviar chasques al Cacique Catriel, intimándole que se
sometiese inmediatamente, como lo había hecho su hermano Juan José y otros
capitanejos, o que sería irremediablemente batido. El resultado de esta
intimación fue que dicho cacique hiciera estaquear y degollar alevosamente a
nuestros parlamentarios, escapandose uno, que trajo la contestación más
insolente agregando que o era traidor.
Comunicado a V.S. tan infame proceder fue, que resolvió que
se le llevase el ataque energicamente, con cuyo objeto me puse en marcha
personalmente con doscientos hombres y un cañon de montaña, formando una pequeña
columna en la que figuraban piquetes de los Regimientos Junín, dos y tres de
caballería de linea y algunos indios sometidos que sevían como baqueanos del
lugar donde se encontraba acampado el feroz cacique.
Despues de una penosa marcha por entre sierras, arroyos y
pantanos me aproximé a una legua del enemigo, y montando entonces los caballos
de reserva, desplegué una grande ala de esploradores, que ocultandose en lo
posible, rodeasen al enemigo, cayendo sobre él simultaneamente, con la reserva a
mis inmediatas ordenes, que avanzó oportunamente de frente y a gran
galope.
Bastó, Sr. Coronel, la actitud resuelta de nuestra pequeña
columna, para que los pocos indios fieles aun a Catriel se sublevasen en su
contra, encerrandolo con su comitiva, en un círculo de lanzas, que le impidió
huir y cayó en nuestro poder rindiendose a discreción.
[Fuente: Memoria presentadda por el Ministro Secretario de Estado en el Departamento de Guerra y Marina Dr. D. Adolfo Alsina al H. Congreso Nacional en 1875]

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